Piton des Neiges y otras cosas que hacer

La isla de Reunión es un destino único en el mundo para bajar barrancos, pero ofrece muchas más cosas que hacer; es más, seguro que se podrían tener unas buenas vacaciones sin ni siquiera mojarse. Bueno, igual tanto no.

En el programa teníamos puesta la ascensión al Piton de Neiges, el pico más alto de la isla. La ruta normal supera un desnivel importante (1.500 mts), por lo que se suele hacer en dos días, pernoctando en refugio. Nosotros apostamos por un ataque rápido: madrugón, coche hasta Cilaos y comenzar a andar bien temprano. La primera parte del pateo no tiene piedad, mil metrazos a saco, haciendo zetas por el bosque hasta llegar al collado; desde alli ya más tranquis hasta la cumbre, donde llegamos al mediodia, justo antes de que las nubes lo taparan todo.

De bajada, bocata y cervecita en el refu y a Cilaos.

Aparte de este, hicimos otros cuatro días de descanso:

El primer en Hellbourg, planificando el tema logístico para el Trou de Fer, compras, etc.

Despues del Trou de Fer, aprovechando que era sabado, nos fuimos al mercado de St Louis. Alli estuvimos chafardeando, comprando recuerdos, fruta, especias… y dando una vuelta por la playa.

El día antes de volver, mientras se secaba todo el material (con los neoprenos mojados no nos dejan ni subir el avion) fuimos a probar la comida criolla, típica de la isla: cerdo, cabra, pescado… con arroz y salsa, buenísima! Rematamos el día llendo a ver el Piton de la Fournaise y toda aquella zona; despues de 10 días rodeados de una vegetación exuberante, estar en estos parajes volcánicos supone un contraste brutal.

Y el mismo día de vuelta, despues de desayunar tranquilamente nos volvimos a St Denis dando un rodeo por el sureste de la isla. Aquella zona cambia cada pocos años debido a las coladas de lava que fluyen desde el piton de la Fournaise. Por aqui están los curiosos «tuneles de lava» que suponen la experiencia espeleológica de Reunión.

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Y asi fué como pasamos estos días en Reunion, subiendo, bajando, yendo de aqui para alla, nadando, andando, saltando, rompiendonos el lomo con los mochilones y tomando cervezas.

La proxima podemos ir a…

Riviere des Roches

Despues de la paliza del Takamaka nos planteamos un día tranquilo, pero haciendo actividad. Perfecta opción para el último barranco que teniamos programado: la Riviere des Roches. Es un barranco muy acuático, tanto que se baja con kayak, lleno de saltos de todas las medidas, algún tobogan y un par de destrepes. Hay alguna formación rocosa que llama la atención y la propia estructura del cañón es diferente, muy curiosa. El barranco acaba en una gran cascada de unos 20 metros que se puede saltar; Oscar demostro su sentido común saliendose por un pasamanos, mientras que Borja y yo nos decidimos a saltar. Me tiro yo primero, uf, vaya botaco, te da tiempo a pensar… y la recepción es dura, hay que entrar muy bien… Nado hasta la orilla y preparo la camara para hechar un video al Borja; le veo mirarse el salto durante un rato y al final saltar. Cuando sale del agua pega un grito enorme, luego otro y luego otro, esto no es la adrenalina… Oscar, que lo grababa desde arriba me pega un grito «¡¡se ha hecho dañooo!!» mierda!, me tiro al agua pero no hace falta, este chaval es una bestia y sale él solo del agua. Aqui podemos evaluar daños: en principio ha sido una subluxación de rodilla, con una buena distensión del ligamento lateral interno.

Esta lesión le impedirá terminar con el programa, que por suerte estaba ya casi finiquitado: solo nos queda subir el Piton des Neiges. Además le va a putear el resto del viaje, ya que es dificil ir en este cochecito con la pierna estirada, y no te digo nada en la clase turísta del avión…

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Takamaka

Takamaka. Otro nombre mítico. Otro cañón obligado en una visita a Reunión. Es muy importante evaluar bien el caudal, ya que la segunda parte de este barranco reune el caudal de una de las cuencas más grandes de la isla. El truco está en asomarse al puente de la carretera y fijarse en el agua que corre por debajo; debe tapar menos de la cuarta parte del hormigón.

La primera parte es menos acuática; el primer rapel, de 70 metros, se podría hacer sin neopreno.La segunda cascadase puede hacer por el agua, aunque es muy fácil sufrir enganchones de cuerda; es recomendable seguir un sistema de rapeles que hay por la izquierda. Seguimos un pasamanos por una repisa hasta la cabecera del primero, de 30 metros; llegamos a una repisa y seguimos otro pasamanos equipado hasta el siguiente, de 60 mts. Este rapel no va vertical, sino que sigue un diedro poco marcado hacia la izquierda orografica hasta una R colgada; a mitad de camino hay una reunión opcional que debe llevar poco tiempo equipada, ya que aun habia polvillo del taladro. Despues un rapel volado de 37 mts y estamos al suelo.

En el famoso mini trou d’enfer tenemos tres opciones: por el agua, por la izquierda y por la derecha. La opción acuática no la conozco pero en este punto el caudal ya es muy fuerte; la opción de la izquierda sería para caudales muy fuertes, ya que no tocas el agua. La opción de la derecha es relativamente nueva y muy espectacular: un rapel volado de 65 mts cayendo justo en la recepción de la cascada. Despues del salto para salir del «trou» hay unos bloques al sol perfectos para hacer un descansito, comer el bocata y disfrutar de las vistas. A partir de aqui solo hay dos rapeles obligados, el resto son todo saltos y toboganes. El último rapel (18 mts)está en una repisa a la derecha, montado sobre un arbol y un bolt; es dificil de ver, ya que la vegetación lo tiene medio escondido, pero llama la atención un escalón de ferrata puesto para evitar el roce de la cuerda.

Justo despues, en la orilla izquierda, encontraremos la salida. Hace unos años se continuaba el barranco hasta el pantano y se salia por la presa; pero la normativa prohibe pasar por las presas, por lo que habia que salir a escondidas o buscarse la vida en el bosque. La otra vez que estube habian equipado esta salida, muy vertical, con algún escalón y maromas; ahora habian retirado las cuerdas, por lo que, en algun tramo hay que fijar cuerda en los arboles o en algún químico que hay. Los pasajes no son muy dificiles, pero con los mochilones y la humedad sube el grado! Una vez en la «cumbre» hay que buscar la pista que comunica la presa con la carretera; en teoría hay que ir hacia la derecha, pero nosotros nos desviamos o algo y cuando quisimos admitirlo estabamos bien perdidos. Un vistazo al mapa nos hace decidir tirar a saco hacia el norte y ya cruzaremos la pista, «vale, el sol está alli, el norte pallá, vamos!». Al cabo de un buen rato de hacer el jabalí, Oscar dice «Espera, para ir hacia el norte, el sol debe estar a la izquierda, no a la derecha», «Coño, es verdad, media vuelta». Ya empezamos a estar muy cansados y nerviosos, pues el sol ya no se ve, simplemente nos orientamos por la claridad del cielo. Si perdemos esta referencia, ya la hemos liado, pues en esta selva seguro que andaremos en circulos. De repente, ¡ la pista! , uff , hoy no es el día que dormiremos en la selva; seguimos la pista hacia la izquierda y en media horeta estamos en el coche.

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Trou Blanc

El Trou Blanc es el barranco estrella de Salazie: un par de rapeles sencillos, toboganes y saltos espectaculares, una aproximación comoda y un entorno de una estética increible. Es por eso que los guías locales lo trabajan a menudo; nosotros fuimos un domingo y, a pesar de que el parquing estaba lleno, no encontramos a nadie.

Nada más empezar el barranco encontramos un pasamanos a la derecha, para poder rapelar de diferentes sitios segun el caudal. A continuación un pequeño rapelillo nos deja en la cabezcera del tobogan TIM. Este tobogan pega un giro muy brusco, por lo que no lo hicimos desde arriba, sino que rapelamos la primera parte y nos dejamos llevar despues del giro. Despues encontramos otro rapel que se puede saltar o hacer tobogan y despues el «aquaplaning», un tobogan pequeñajo pero con un rebufo muy marcado en la recepción que te dará una buena revolcada. Despues de un par de resaltes llegamos al «vavavoum», un tobogan muy evidente de 10 metros; aqui utilizamos la técnica del hidrospeed: de cabeza y subidos en la mochila. Despues de otro salto llegamos a una zona abierta, aqui, en el caso de estarnos aburriendo, podemos salirnos del barranco a mano derecha. Los tres siguientes rapeles no los hicimos, y en los rapeles de «la delivrance», como el caudal era flojillo, los empalmamos en uno solo. Despues viene el mejor tobogan de toda la isla: el «acelerador de particulas»; por la izquierda hay un pasamanos un poco precario para poder repetirlo hasta que nos salga agua por las orejas. Y ya llegamos al último obstaculo: un rapel de 17 mts que los locales equipan como una tirolina con aterrizaje en el agua. Nosotros lo que hicimos fué rapelar hasta una repisa intermedia y saltar desde allí; de todas maneras,  cuando visite la isla hace unos años, creo recordar que saltamos desde arriba del todo.

Un poco despues cruzamos por debajo de la pasarela que indica el final del barranco: en 10 – 15 minutos estamos en el parking.

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Trou d’Enfer

El Trou d’Enfer fué el tercer barranco de este viaje y el objetivo clave de la expedición; las buenas condiciones de caudal y meteo que encontramos nada más llegar nos animaron a darle sin esperar más, no sea que luego empiece a llover…

Nos planteamos la jugada de manera tranquila, previendo un vivac en el fondo del circo. Esta estrategia te evita ntener que ir corriendo por el barranco, pero a cambio te hace cargar con un peso extra en unas ya de por si pesadas mochilas. El primer día pegamos un buen madrugon y dejamos a Borja con las mochilas esperando y pasando frio en la gite de
Belouvé; Oscar y yo fuimos hasta Salazie para dejarel coche, cogimos un autobus hasta Hellbourg y subimos andando hasta la gite. Desde allí y ya con las mochilas continuamos andando hasta la entrada del barranco, donde nos equipamos. El día estaba feo, con nubes bajas, niebla y, de vez en cuando, un incomodo chiribiri, pero la meteo era buena, asi que no lo dudamos ni un momento. La primera impresión al progresar fué que las rocas eran increiblemente resbaladizas, haciendo la marcha muy incómoda; de hecho, acabamos los tres con las espinillas marcadas de moratones.

Las cascadas y los rapeles se van sucediendo y cada vez nos adentramos más en este increible rincón, hasta que, de repente, el cauce se encañona y un giro nos impide ver lo que viene detras. Parece fácil, pero la instalación para mantar el pasamanos nos hace desconfiar; empiezo a montar y a descolgarme pero esto es casi horizontal, aunque no tardo en darme cuenta de porque está así: llego a la instalación y veo como el rio coge pendiente para desaparecer en el aire ¡el trou d’enfer!!! Esto NO es la reseña, solo es un complemento a la reseñaMontamos el primer rapel (el de 27 mts) con la cuerda de 90, bajamos a la siguiente reunión y empiezo a rapelar el R11, que busca justo el cambio de rasante encima del desplome. Hemos dejado unos 10 metros de cuerda sobrante que cuelgan enmedio del desplome, por encima de casi trescientos metros de aire; el ambiente es brutal, con el chorro de agua cayendo unos metros a mi derecha, el bosque alla abajo… La siguiente reunión está desviada unos metros a la izquierda, lo que hace que me la pase y tener que remontar a jumar; una vez instalada hechamos la cuerda en el siguiente rapel, el más corto pero, en mi opinión, el clave. El fuerte desplome ha sido gestionado por los aperturístas instalando dos puntos de desvio, que hay que alcanzar penduleando; despues de eso, otro pequeño pendulo y llego a la reunión, completamente colgada, del R13. En este punto es conveniente montar un rapel guiado para facilitar el descenso a los siguientes.

El rapel del R13 está marcado como 102 mts, aunque en la guia recomiendan dos o tres veces llevar cuerdas de 120. La explicación que dan es que las estáticas se encogen con el agua y el uso, y hay la posibilidad de que una cuerda nueva, si la vas usando durante la parte superior del barranco, cuando llegues a este rapel te encuentres con que no es suficiente para llegar a la R14. Nosotros llevabamos una Korda’s de 110 y no la sacamos de la mochila hasta este rapel. Esta marca de cuerdas tiene un proceso de fabricación en el que , en teoria, las cuerdas ya están encogidas, por lo que estabamos tranquilos en este aspecto. Aún asi, descontando el metro o dos que se gastan haciendo el nudo, llegamos a la otra R muy justos, de cuerda y de luz!! Tan entretenidos que estabamos haciendo rapeles por aqui y por alla y casi que se nos hace de noche, así que nos vamos a saco para abajo, empalmando R14 y R15 con otro rapel a tope con la cuerda grande. Aqui ya vamos a oscuras, menos Oscar que se ha jugado mojar sus cosas a cambio de sacar el frontal del bidón; bajo el último y me los encuentro en una repisa con bloques, debemos estar cerca del suelo pero se ve todo más negro que el ojete de un grillo. Además, al recuperar el cuerdón se engancha por ahi arriba, uf! venga vamos a respirar y mantenemos la calma… Fijamos la cuerda en un bloque y para abajo, a buscar el vivac, que mañana será otro día. Despues de un buen rato de buscar a la luz de los frontales, conseguimos encontrar el bloque, nos cambiamos de ropa, hechamos unos plásticos en el suelo y a cenar. Despues nos acoplamos como podemos en el suelo inclinado y sorteando las goteras y hasta mañana!!

Trou d’Enfer, día 2, 7.00h ¡¡¡Goooog morning Vietnaaaam!! Jungla, humedad y helicópteros sobrebolando el agujero del infierno. Vaya ambientazo!! Un desayuno ligerito, nos enfundamos las gomas y a currar. Primero de todo hemos de recuperar las cuerdas, que, por suerte, no están muy enganchadas. Otra cosa es la camara de Oscar, que ayer decidio no esperarnos y bajar a su ritmo; de esta no encontramos ni la sombra, vaya mala pata… Despues de esto, un rapel de 30 y al «corredor», un espectacular pasaje donde caen cascadas de ambos lados. A partir de aqui ya solo queda progresar por el resbaladizo terreno, superando cada resalte de la mejor manera posible. Aqui la topo ya no vale para mucho, los caudales que se acumulan aqui hacen que cambie de año en año. Aunque te sirve de referencia para hacerte una idea de donde estas, el lago de las Anguilas, el gran caos y, por fin, la cabaña braco, hemos acabao! Un poco más adelante sale el caminito que tras un par de horitas de pateo nos deja en la carretera. Como no quisimos dejar el coche abandonado dos días en la carretera, Borja, que esta hecho un toro, se adelantó a hacer autostop y recuperarlo.

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Bras Rouge

El Bras Rouge se podría traducitr como «brazo rojo»; aunque la palabra «bras» se traduciría mejor como torrente o barranco. Es un barranco que viene desde los tres mil metros del Piton des Neiges para desembocar 2.500 metros más abajo en el Gran Bras de Cilaos. Deportivamente hablando se divide en cuatro partes: inferior, median, superior y les hauts (las alturas). El Bras Rouge inferior empezaría en la carretera de Illet a Cordes y acabaría en la parte superior de la cascada del Bras Rouge, donde se cruza con el GR/R2; el Bras Rouge median es una versión comercial que empieza más arriba de la carretera de Illet a Cordes, entrando por un pequeño afluente y accabando en la carretera. El Bras Rouge superior ya es más aventurero: aproximación larga y con pasos de escalada y tres grandes rapeles dentro del barranco. Y el Bras Rouge les Hauts es una «grande course» de ¡tres días!: para empezar hay que subir al Piton des Neiges (1.500 mts de desnivel desde Cilaos), luego un recorrido descendente por una arista hasta la entrada del barranco; la primera parte salva 365 mts de desnivel del tirón en 7 rapeles, luego una parte más tranqui ((18 rapeles de hasta 40 mts) hasta enganchar con el Bras Rouge superior y de ahi hasta la carretera.

En esta ocasión combinamos las versiones median + inferior, añadiendo una prolongación hasta la Chapelle. el plan era dejar el coche en el parking del sendero de la Chapelle, subir andando hasta Cilaos (20 min) y coger el autobus que va a Illet a Cordes; a mi me hacia gracia hacer una navette en autobus, ya que no lo habia hecho nunca (el del Vero no cuenta, no es transporte regular). Pero por no querer preguntar lo perdimos y nos toco ir andando; tampoco es para tanto, en una horeta más estabamos alli. La entrada está muy marcada: en la izquierda orográfica del ravine de Pissa, por unas placas de roca, hasta que un hito a la izquierda nos indica un caminito por el bosque. Seguimos comodamente el camino y llegaremos a una repisa rocosa, donde nos cambiamos y empezamos el descenso. Esta parte del descenso no tiene nada de especial, salvo los increibles colores rojos de la roca que dan nombre al torrente. Así llegamos al puente por el que cruza la carretera y el escape a mano izquierda; nosotros continuamos por el barranco y cada vez va perdiendo caracter y las zonas abiertas se empiezan a alternar con algún rapelillo. En un momento dado cruzamos indicaciones del GR/R1, lo que nos pone sobre aviso de que se va a volver a poner seria la cosa; es entonces cuando llegamos a la cabecera del rapel de la badina Fouquet. En mi anterior visita fué un momento algido, ya que iba con un caudal importante que nos obligo a emplearnos a fondo. Esta vez iba más tranqui, aunque seguía siendo super bonito. El primero en bajar fué Oscar, luego Borja y al final bajé yo; y aluciné al ver que la badina habia desaparecido!! un enorme desprendimiento habia colapsado todo, dejando el rapel en 35 o 40 metros y con una recepción sobre bloques inestables bastante incomoda. Despues de la sorpresa, continuamos por el rio, por una zona abierta hasta cruzarnos con el GR/R2, por donde se sale normalmente. estabamos en la cabecera de la cascada del Bras Rouge y no conocía el tramo que venia a continuación, pero sabia que encontraríamos la Chapelle y que por muy feo que esto fuera, merecería la pena. La cascada en si tiene el rapel desequipado, o eso creo, porque solo vimos unos espárragos oxidados, pero justo en este punto cofluye el barranco de ferriere, asi que usamos la instalación de este para bajar. Como nota curiosa decir que hay una surgencia de agua caliente justo al pie de una pedrera que se usa para salir del Ferriere. Nosotros continuamos por el barranco, que a partir de aqui es de conglomerad0; un pequeño caos y llegamos a la Chapelle. Se trata de un tajo en la roca por el que cae el rio, con un ambientazo único y un bonito rapel de unos 30 metros. al salir de la Chapelle, ya nos cambiamos y cogemos un camino a la izquierda que, tras un buen pateo nos deja en el coche.

Esta combinación, sin añadir dificultad técnica al barranco, hace que hechemos una buena jornada y lleguemos a Cilaos bien cansados. Además nos permite visitar la Chapelle sin tener que ir desde el Fleurs Jaunes, que es como se suele hacer.

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fleurs jaunes

El fleurs Jaunes es el primer barranco que hemos descendido en este viaje a Reunion. Bien pronto por la mañana llegamos  a St Denis, procedentes de Paris; recoger petates, el coche de alquiler y a Cilaos. Son una hora y media de ruta, rodeando la isla por el norte; una vez en Cilaos, buscamos la Gite donde estariamos los siguientes días, nos instalamos y nos fuimos al barranco. Para hacerlo como hicimos nosotros solo es necesario un coche: aparcamos en el merendero de Fleurs Jaunes y desde alli subimos por una pequeña ferrata para comenzar con el Mini Fleurs Jaunes. Este barranco no es muy interesante, pero es la prolongación natural hacia arriba del Fleurs Jaunes, y total, en dos horas estas en el mismo sitio. Despues entramos en el Fleurs Jaunes, uno de los barrancos más bonitos de la isla, con una increible roca. Lastima del caudal, que iba muy bajo. De todas maneras, los rapeles de las fotos miticas siguen siendo una pasada.

Como era un barranco de por la tarde y tampoco nos habiamos querido complicar con combinaciones de coches, hicimos la versión «clásica», saliendo por un itinerario equipado a la izquierda del barranco. Es un recorrido espectacular, equipado casi en su totalidad con cuerdas fijas; solo un pequeño tramo al final exige progresar en «solo integral», aunque hay algún anclaje para protegerse o fijar cuerda. Es recomendable subir con casco y arnes.

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Expedición Reunion. Ya estamos aqui!

Ya estamos aqui. Despues de 10 cortos días de viaje austral, que no astral, hemos aterrizado en Barajas. No me atrevo a decir que el viaje ha sido un exito, ya que Borja ha sufrido una lesión que puede dejarle una temporadfa en el dique seco. Pero si no fuera por eso seguro que podriamos decir que ha sido un exito: hemos cumplido el programa tal y como estaba escrito, nos ha hecho buen tiempo (en general) y hemos acabado con una botella de ron y más de 50 de Dodo, la cerveza local.


Hemos descendido los cinco barrancos más clásicos de la isla: Trou de Fer, Takamaka, Trou Blanc, Bras Rouge y Fleurs Jeunes; de postre nos hicimos un juguetito, el Riviere des Roches. Y tambien hemos subido al Piton des Neiges (3.070 mts), el pico más alto de la isla y del indico.

Estos días ire colgando fotos y alguna información de los barrancos util para futuros visitantes.