El Artazul fué el cuarto barranco de nuestro stage en Euskal Herria; lo combinamos con su vecino Lizebar, resultando un día de lo más completo.
El Lizebar es un barranco practicamente seco, pero encontraremos alguna marmita con agua, asi que es interesante ponerse el neopreno al inicio. No tiene más truco que la longitud de sus rapeles y un par de rapeles encadenados que son la guinda del pastel. Tenemos la opcion de hacer dos rapeles (uno de 20 y otro 40 metros más o menos) o un pasamanos equipado y un aéreo rapel de 60-65 metros.
El barranco de Artazul tiene los mismos alicientes verticales sumados a un caudal suficiente para poder saltar algun resalte y tirarnos en un tobogan.
Este barranco es uno de los clásicos de esta zona, lo tiene todo: toboganes, saltos, movimientos de agua (con el caudal necesario) y una traca final en forma de rapel aereo y largo que no dejara indiferente a nadie. No hay que dudar en realizarlo si estamos por alli.